viernes, 24 de abril de 2015

Puente del Híjar sí, "a precario" no.

LA CONFEDERACIÓN DEL EBRO AUTORIZA “A PRECARIO” EL PUENTE SOBRE EL HÍJAR HASTA EL POLÍGONO DE LA VEGA

El nuevo puente se realiza en un estrechamiento del cauce constituido por rellenos de residuos, lo cual agrava y consolida la situación de riesgo de inundación, particularmente para el barrio la Naval.

Seguramente, en las próximas semanas y meses vamos a oír hablar mucho del puente sobre el Híjar, incluso como uno de los grandes logros de la Corporación. Pero resulta que el nuevo puente sobre el Híjar se realizará en un estrechamiento del cauce constituido por rellenos artificiales y con un diseño no apto para ese lugar, lo cual agrava el riesgo de inundación, especialmente para el Barrio de La Naval.

¿Qué quiere decir autorización “a precario”? Pues bien, ya que desde el consistorio se omite explicar qué significa ésta situación, desde la agrupación electoral Reinosa en Común (REC), queremos que la ciudadanía conozca lo que ocurre para que se forme su propia opinión.
La Administración del Estado, –en este caso la Confederación Hidrográfica del Ebro–, da sus autorizaciones “a precario” cuando se trata de instalaciones temporales y desmontables o, en todo caso, para obras de muy escasa entidad y sin apenas relevancia. El motivo es que ese tipo de autorizaciones son revocables (pueden retirarse) y no da derechos al que las solicitó sino obligaciones. ¿Qué obligaciones? Pues por ejemplo, correr con todos los gastos si pasado mañana la Administración decide revocar el permiso y/o que haya retirar el puente, así como los costes por daños y perjuicios queorigine la instalación.
Resumiendo, construir un puente –una obra fija– a precario, tal y como pretende el Ayuntamiento, es una barbaridad. Significa que a partir de ahora el propio consistorio (todos los vecinos) corremos con los gastos del puente, de su retirada y de los daños que origine y de las indemnizaciones correspondientes. Y de todos son conocidas las inundaciones del barrio de la Naval.

UN PUENTE INFRA-DIMENSIONADO
Entonces, ¿por qué se da la autorización de una obra fija tan importante “a precario”? Lo lógico en un Ayuntamiento serio que defiende los intereses de su municipio sería pedir explicaciones ante la Confederación. ¿Es que nos van a hacer retirarlo poco después? o ¿es que dudan de que el proyecto pueda causar daños y quieren eludir sus responsabilidades? ¿Por qué la Confederación dice en su informe: “la autorización del puente, bien podría otorgarse a precario con la aceptación plena e indiscutible por parte del Ayuntamiento de asumir la puesta fuera de servicio de la infraestructura”?
Este es el meollo de la cuestión: El puente está notablemente infra-dimensionado. Es muy pequeño y no se ha proyectado sobre el cauce real del río. Al contrario, se construye sobre un auténtico embudo; sobre un tapón artificial y aprovechando los rellenos que causan ese tapón. No es un problema ambiental, sino de seguridad pública.
Los técnicos de la Confederación han reconocido una y otra vez en sus informes (incluidos los que han hecho para este puente) que hay un problema con los depósitos de escorias y escombros que durante años se han vertido junto al río haciendo su cauce más estrecho. Hasta ahora la Confederación no se ha ocupado de este asunto, aunque era su obligación. No han movido un dedo para hacer que se fueran retirando poco a poco los rellenos de escombro (artificiales) para devolver al río su anchura natural y su capacidad. De manera que las inundaciones vuelven una y otra vez. Y ya no hace falta que haya grandes crecidas de las aguas. Con la menor subida hay inundaciones.
¿Qué sucede con la autorización “a precario”? Pues que si durante años la Confederación ha mirado para otro lado y eludido su responsabilidad, a partir de ahora ya ni tan siquiera será la responsable. Ahora tendrá una excusa: el puente, que es del Ayuntamiento. Desde el momento en el que se construya ese puente en el estrechamiento, la responsabilidad total pasará a ser del Ayuntamiento y cualquier reparación por daños, erosiones, tapones, inundaciones, etc. la pagaremos los vecinos.
Y es seguro que esos daños se van a producir y probablemente cada vez más a menudo. No hace falta ser técnico ni especialista para entender que si aguas arriba hay puentes de 70 metros y abajo se construye uno de apenas 36 metros y además con accesos laterales sobre-elevados haciendo de dique, hay algo que falla.
Pero aún hay más. Si en algún momento y atendiendo al sentido común, alguien dice que hay que demoler el puente o rehacerlo lo volveremos a pagar entre todos los vecinos.
Se está agotando el plazo para que el Ayuntamiento de Reinosa ponga un recurso de reposición ante esta tomadura de pelo. ¿Lo hará? En REC tenemos claro que -si nosotros estuviéramos en el Ayuntamiento- pediríamos explicaciones de inmediato a la Confederación del Ebro y no nos dejaríamos engañar. Recurriríamos esa autorización “a precario”. Las obras se autorizan si están bien, y si no, no se autorizan. 
Un Ayuntamiento eficiente ha de defender los intereses de su municipio a largo plazo y no las inauguraciones a toda prisa. Y más cuando esas inauguraciones supondrán la condena definitiva del barrio de la Naval.

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