La reunión del miércoles 24 de febrero en
el salón de plenos del ayuntamiento se produjo finalmente en un horario y
espacio inadecuados para facilitar la asistencia de los vecinos que acudieron a
oír las explicaciones de la CHE.
Pero al margen de las
facilidades o no, desde REC queremos señalar algunas de las sorprendentes
conclusiones que allí pudimos conocer.
La propia CHE reconoció que
los cálculos de inundabilidad que determinaron la altura de los gaviones han
quedado obsoletos, y que nuevos modelos de cálculo más modernos y fiables
permitirían reducir la altura de los mismos manteniendo los mismos criterios de
seguridad. Esta era una cuestión que REC ya advertía en la moción que
presentamos en el último pleno y que lamentablemente no fue aprobada.
A pesar de ello, la CHE en
ningún momento se comprometió a revisar el proyecto y la altura de los
gaviones, escudándose en la vigencia del proyecto, su legalidad y las “muchas
dificultades” de introducir modificaciones. Cuesta entender que no se haga
dicha revisión, reconocido lo innecesario de la altura prevista, y
especialmente porque es precisamente ésa, una de las mayores quejas de los
vecinos. Modificaciones de este tipo son una práctica habitual que por su
calado supondría un pequeño y normal desvío presupuestario.
Por otro lado, si bien la
información facilitada por la CHE fue en general bastante tediosa, aunque rigurosa,
no se puede decir lo mismo a cerca de los motivos por los cuáles en la
actuación en el tramo de la Avenida de la Naval se decide no ganar espacio al
Híjar en la margen derecha, ya que ésta era una de las alternativas barajadas
inicialmente en el propio proyecto como prioritarias.
Una vez más la CHE se escudó
en que los residuos industriales allí depositados no suponen ningún riesgo al
estar “dormidos”. Al contrario, y siempre según la CHE, retirarlos supondría un
riesgo ambiental y un elevadísimo coste, al tener que tratarlos en instalaciones
fuera de Cantabria, motivo por el cual se desechó esta alternativa. Sin embargo, sabemos que
todo esto no es cierto. Un estudio de la propia CHE reconoce que los residuos
están contaminando las aguas superficiales y subterráneas. Además pueden eliminarse
en el vertedero de Castañeda (Cantabria), y su remoción no supone riesgo
alguno; al contrario, mantenerlos es un riesgo ambiental y de salud pública.
Por todo ello, seguimos
apostando por buscar una solución que sabemos es posible y para la que hace falta
voluntad por todas las partes. Y en este sentido hemos presentado a las
administraciones (consejería, ministerio
y CHE) un escrito solicitando a los actores implicados que revalúen la
pertinencia de continuar con el proyecto tal y como está planificado y se
solicita se tomen medidas para que se reoriente de cara a su optimización.